También
llamada Coccidioidomicosis aguda, Fiebre del Valle San Joaquín,
Coccidioidomicosis, Cocci, o Reumatismo del desierto, es una infección
que ocurre cuando las esporas del hongo Coccidioides immitis ingresan al cuerpo a través de los pulmones.
La fiebre del valle mata a 1 de cada 100 personas infectadas.
Causas
La fiebre del Valle es una infección micótica que se observa con mayor frecuencia en las regiones desérticas de California, al igual que en América del Sur y Centroamérica.
Se contrae inhalando hongos del suelo. La infección empieza en los
pulmones. Afecta comúnmente a personas de más de 60 años de edad.
Viajar
a un área donde el hongo se observa comúnmente aumenta el riesgo de
contraer esta infección. Sin embargo, usted es más propenso a
desarrollar una infección seria si vive en un lugar donde se encuentre
el hongo y tiene un sistema inmunitario debilitado debido a:
- Terapia antifactor de necrosis tumoral (TNF, por sus siglas en inglés)
- Cáncer
- Quimioterapia
- Medicamentos glucocorticoides (prednisona)
- Afecciones cardíacas o pulmonares
- VIH/sida
- Trasplante de órganos
- Embarazo (especialmente el primer trimestre).
Las personas con ascendencia de nativos americanos, africanos o filipinos se ven afectadas de forma desproporcionada.
La
mayoría de las personas con la fiebre del Valle nunca tiene síntomas.
Otras pueden tener síntomas de resfriado, síntomas seudogripales o de
neumonía. Si se presentan síntomas, típicamente empiezan de 5 a 21 días
después de estar expuesto al hongo.
Los síntomas comunes incluyen:
Los síntomas comunes incluyen:
Hinchazón de tobillo, piernas y pies
Dolor torácico (puede variar de leve a grave)
Tos, posiblemente con flema (esputo) teñida de sangre
Fiebre y sudoración nocturna
Dolor de cabeza
Dolor y rigidez articular o dolores musculares
Pérdida del apetito
Tumoraciones rojizas y dolorosas en la parte inferior de las piernas (eritema nodular)
En pocas ocasiones, la infección se propaga desde los pulmones a través del torrente sanguíneo hasta comprometer la piel, los huesos, las articulaciones, los ganglios linfáticos y el sistema nervioso central u otros órganos. Esta propagación se denomina coccidioidomicosis diseminada.
Las personas con esta forma más generalizada pueden resultar muy enfermas. Los síntomas pueden incluir:
Dolor torácico (puede variar de leve a grave)
Tos, posiblemente con flema (esputo) teñida de sangre
Fiebre y sudoración nocturna
Dolor de cabeza
Dolor y rigidez articular o dolores musculares
Pérdida del apetito
Tumoraciones rojizas y dolorosas en la parte inferior de las piernas (eritema nodular)
En pocas ocasiones, la infección se propaga desde los pulmones a través del torrente sanguíneo hasta comprometer la piel, los huesos, las articulaciones, los ganglios linfáticos y el sistema nervioso central u otros órganos. Esta propagación se denomina coccidioidomicosis diseminada.
Las personas con esta forma más generalizada pueden resultar muy enfermas. Los síntomas pueden incluir:
Cambios en el estado mental
Inflamación o drenado de ganglios linfáticos
Inflamación articular
Síntomas pulmonares más graves
Rigidez en el cuello
Sensibilidad a la luz
Pérdida de peso
Las lesiones cutáneas de la fiebre del Valle a menudo son un signo de enfermedad generalizada (diseminada). Con la infección más generalizada, las úlceras o lesiones cutáneas casi siempre se observan en la cara.
Pruebas y exámenes
Los exámenes que se realizan para las formas más leves de esta enfermedad incluyen:
Inflamación o drenado de ganglios linfáticos
Inflamación articular
Síntomas pulmonares más graves
Rigidez en el cuello
Sensibilidad a la luz
Pérdida de peso
Las lesiones cutáneas de la fiebre del Valle a menudo son un signo de enfermedad generalizada (diseminada). Con la infección más generalizada, las úlceras o lesiones cutáneas casi siempre se observan en la cara.
Pruebas y exámenes
Los exámenes que se realizan para las formas más leves de esta enfermedad incluyen:
Examen de sangre para verificar si hay anticuerpos para coccidioides (el hongo)
Radiografía del tórax
Cultivo del esputo
Frotis del esputo (examen KOH)
Los exámenes que se hacen para las formas generalizadas o más graves de la infección incluyen:
Radiografía del tórax
Cultivo del esputo
Frotis del esputo (examen KOH)
Los exámenes que se hacen para las formas generalizadas o más graves de la infección incluyen:
Biopsia de ganglio linfático, pulmón o hígado
Biopsia de médula ósea
Broncoscopia con lavado
Punción raquídea (punción lumbar) para descartar meningitis
Tratamiento
Biopsia de médula ósea
Broncoscopia con lavado
Punción raquídea (punción lumbar) para descartar meningitis
Tratamiento
Si
usted tiene un sistema inmunitario sano, la enfermedad casi siempre
desaparece sin tratamiento. Se puede recomendar reposo en cama y el
tratamiento de los síntomas seudogripales hasta que desaparezca la
fiebre.
Si usted tiene un sistema inmunitario debilitado, puede necesitar tratamiento antimicótico con anfotericina B, fluconazol o itroconazol. El itraconazol es la mejor opción farmacológica en personas con dolor articular o muscular.
Algunas veces, se necesita cirugía para extirpar la parte infectada del pulmón (en caso de enfermedad crónica o grave).
Si usted tiene un sistema inmunitario debilitado, puede necesitar tratamiento antimicótico con anfotericina B, fluconazol o itroconazol. El itraconazol es la mejor opción farmacológica en personas con dolor articular o muscular.
Algunas veces, se necesita cirugía para extirpar la parte infectada del pulmón (en caso de enfermedad crónica o grave).
Fiebre del valle en el Siglo 22
En las dos primeras décadas del siglo 21, la tasa de incidencia de esta enfermedad en California era en la mayoría de zonas inferior a 5 en cada 100.000, llegando a los 100 casos en la zona central.
En
estos tiempos en cambio, con las tasas de cáncer, afecciones cardíacas y
pulmonares (factores que fomentan está fiebre a través de debilitar el
sistema inmune) está incidencia se ha doblado, alcanzando unos 12.000
afectados cada año (120 de ellos muriendo).
Esto
significa que unas 1000 personas tienen las esporas en su cerebro y
sufren cambios de comportamiento quizás sin ser conscientes.
En Arizona, la tasa de
incidencia supera los 200 de cada 100.000, alcanzando los 24.000
afectados en todo el estado. (2000 personas con
esporas en el cerebro).
Se
ha observado que debido al cambio climático el hongo
se ha extendido hacia el norte para incluir estados secos del oeste como
Idaho, Wyoming, Montana, Nebraska, Dakota del Sur y Dakota del Norte, aunque los casos en estos estados se mantienen en el rango de menos de 5 casos por cada 100.000.