lunes, 5 de diciembre de 2022

107 años en el Reino Medio

Perval y Reto

Un experimentado comandante militar llamado Perval puso fin al caos de 30 años en el Reino Medio tras el emperador Valpo al ejecutar a sus rivales y ascender al trono del Reino Medio en 933 CB. El Emperador Perval gobernó con puño de hierro y se hizo infame por su crueldad.

Cuando Perval murió, sus gemelos Bardo y Cella compartieron la regencia como había sido su deseo, pero sus excesos llevaron la reputación de la familia imperial a lo más bajo. Cella solo daba audiencias mientras se bañaba en leche de yegua y Bardo, conocido borracho, adoraba designar a chicas muy jóvenes como sus ministras y luego reunirlas, escasamente vestidas, en sus juntas de gabinete.

Su primo, Reto, finalmente expulsó a los hermanos reales del palacio y reclamó el trono para sí. Aunque Reto era más un soldado que un gobernante paciente, las reputaciones de la familia imperial y del reino crecieron durante su mandato.

Gobernó con mano firme y en 988 CB reconquistó la isla de Maraskán para honrar la memoria de su difunta esposa, una princesa maraskaní.

Hal

El único hijo de Reto, Hal, le sucedió en el trono en 994 CB y algunas provincias descontentas vieron la oportunidad de actuar. El nuevo emperador supervisó personalmente el sofocamiento de la Rebelión de Tuzak en Maraskán, pero las ricas ciudades de Khunchom y Arania, el granero del imperio, se escindieron. Muchos nobles vieron a Hal demasiado blando y concesivo: un prejuicio que el emperador se esforzó por superar durante toda su vida. A pesar de sus contratiempos, el emperador fue popular entre el pueblo llano y su reinado se romantiza hoy como una era dorada.
Mientras vivió, Hal vaciló entre el populismo y la indiferencia hasta que, en 997 CB, se nombró pomposamente a sí mismo como «Magnificencia Doce Veces Divina» y algunas regiones incluso le adoraron como deidad. El único hijo del Emperador Hal, Brin de Gareth, nació de su unión con Alara Paligan, la hija de unos Grandes de Al’Anfa. El príncipe heredero era querido por todos, y evitó por poco un atentado contra su vida durante un torneo en honor a su compromiso matrimonial en 998 CB. El canciller del Reino, Answin de Boca de Cuervo, resultó ser uno de los conspiradores tras el intento de asesinato, pero su relación con el emperador y la influencia de su familia aseguraron que fuese exiliado y no ejecutado por su crimen.

El heredero al trono se casó con su prometida, Emer ni Bennain, en 1004 CB. Esta hija del príncipe de Albernia fue la primera princesa consorte en provenir del Reino Medio en bastante tiempo. La pareja parecía tenerse muchísimo aprecio y eran bastante populares entre la gente común.
El Emperador Hal, por otro lado, empezó a desarrollar preferencias peculiares en cuanto a consejeros, así como en otros asuntos de la corte. Rara vez aparecía en público, pero celebraba suntuosas recepciones. El emperador elevaba frecuentemente a héroes meritorios con cargos y honores, e incluso regaló tierras al hijo del jefe del Pueblo del Bosque o a un elfo de los claros, lo que provocó desconfianza y enfureció a las familias nobles más establecidas y a la nueva aristocracia haliana.

Reemplazaba a sus consejeros regularmente, pero a menudo celebraba consejo con la poderosa hechicera Nehema, una tulamyda que era libre de ir y venir a la corte, y se decía que no solo hablaba al oído del emperador, sino que también compartía su lecho. Fue ella la que amañó un importante juicio de Hal en relación a un castigo especialmente cruel para su mago de la corte, Galotta, por un lamentable
error. El emperador ordenó que afeitaran la cabeza a Galotta y se la tiñeran de rojo intenso, y luego le hizo bailar el baile del gorro escarlata, una danza sobre hierro al rojo vivo.

Humillado y desfigurado de por vida, el mago exiliado juró venganza. Un año más tarde, Galotta dirigió una fuerza de ogros antropófagos contra Gareth. La Segunda Masacre de Ogros destruyó la capital de Tobrien, Ysilia, pero fue detenida en la Grieta del Trol entre las montañas de la Hoz Negra y los Dientes de Trol. Numerosos miembros de la familia real y otros monarcas lucharon junto a valientes hombres y mujeres en la Batalla de los Mil Ogros.

La Guerra del Khom estalló en 1008 CB. Bajo el liderazgo del Patriarca Tar Honak, Al’Anfa conquistó grandes fragmentos del Califato e incluso adquirió el control de muchos de los oasis del Khom.
No fue hasta 1010 CB que los novadíes fueron capaces de rechazar a los invasores, unidos bajo su nuevo Califa: Malkillah III.

Más dificultades cayeron sobre el Reino Medio en 1010 CB, cuando los orcos invadieron la Liga Svelltia de Ciudades, al norte de las fronteras del reino. Más tarde ese año, el Emperador Hal desapareció bajo misteriosas circunstancias durante una excursión de caza en la bornlandesa Ilmenstein. Su cuerpo nunca fue recuperado.

El regreso de Answin

La Crisis de Answin y la Tormenta de Orcos El canciller del Reino, Answin de Boca de Cuervo, se aprovechó de la desaparición del Emperador Hal y la inminente amenaza de una nueva Tormenta de Orcos. Regresó del exilio, se apropió inmediatamente del Trono del Grifo y se hizo coronar emperador del Reino Medio en 1010 CB. Se desencadenó una disputa interna feroz por la Corona de Raul justo cuando la invasión de los orcos penetró en el reino por el norte.

Brin de Gareth, el legítimo heredero al trono, ya había sido coronado rey y dirigió valientemente a sus tropas contra los orcos para proteger a su pueblo. Pero mientras estaba lejos combatiendo, Answin el Usurpador permaneció en Gareth y fortaleció su dominio del trono. Las provincias se dividieron según a quién seguían y el Reino Medio parecía estar al borde del colapso si la creciente división entre answinistas y lealistas no era reparada.

La guerra civil estalló en Albernia en 1011 CB cuando Isora de Elenvina, leal a Answin, incitó una revuelta contra el entonces ausente mandatario, Cuanu ui Bennain.
Insurgentes tobrienses capturaron la ciudad de Pérricum de manos de los answinistas y un ejército de lealistas de Brin persuadió a la ciudad ducal de las Marcas del Norte, Elenvina, de rendirse. Después del juicio de los dioses ante las puertas de Punin, Almada también se unió a los lealistas contra el Usurpador.

Un ejército dirigido por barones rebeldes se reunió en Praderas del Seda cerca de Gareth en 1011 CB, provocando que muchos temieran una sangrienta contienda si asaltaban la capital. Sin embargo, un escuadrón liderado por el príncipe de Albernia (Cuanu ui Bennain), el gran consejero privado del Reino (Dexter Nemrod) y el Rey de la Espada (Raidir Conchobair) consiguió capturar al autoproclamado emperador.

La Crisis de Answin había acabado. Sin embargo, el Usurpador logró escapar antes de que se pudiera ejecutar su sentencia tras pasar solo un año apresado en un calabozo. Brin, que no deseaba asumir el título de emperador tras la desaparición de su padre, tomó las riendas del Reino Medio como el nuevo Protector del Reino.

La Tercera Tormenta de Orcos todavía estaba en marcha. Ashim Riak Assai unió a casi todas las tribus de las Tierras de Orcos y se proclamó Aikar Brazoragh (el elegido de los dioses orcos). Unido al Mariscal Negro, Sadrak Whassoi, y al poderoso chamán supremo de Tairach, Uigar Kai, dirigió a los orcos contra los asentamientos humanos una y otra vez. Las salvajes hordas de las Tierras de Orcos asolaron grandes partes del Valle del Svellt. Lowangen, la mayor ciudad de la Liga Svelltia de Ciudades, soportó su asedio y las ciudades de Weiden y Vado del Grifo vivieron amargos combates. Para sorpresa de todo el mundo, los orcos fueron capaces de destruir a la legión thurana en la Batalla de Piedra Brumosa en 1012 CB, abriendo un camino hasta el corazón del Reino Medio.
Bajo el liderazgo de Sadrak Whassoi, el ejército orco principal finalmente conquistó Vado del Grifo y el ejército de Brin fue dispersado en la Batalla del Muro de Orcos.

El Margraviato de Vado del Grifo se hizo famoso localmente como las Marcas Oscuras bajo su gobernador orco, Sharraz Garthai. Envalentonados, los orcos se abrieron paso saqueando hasta Garecia y pronto amenazaron la capital del Reino Medio. Fuerzas humanas bajo el mando de Brin obtuvieron una decisiva victoria sobre los orcos en la Batalla de las Praderas de la Seda a las puertas de Gareth entre el 1 y el 2 de Phex de 1012 CB. Para 1013 CB, muchas regiones habían sido recuperadas y Vado del Grifo había sido liberada. Hasta este día, las tierras del Svellt aún están ocupadas en parte por los
orcos, y los humanos que viven allí pagan impuestos a susseñores orcos. Los infames líderes de la Tercera Tormenta de Orcos aparecerán en la historia de nuevo, muchos años
después.
Los orcos no fueron los únicos que usaron la Crisis de Answin para intentar expandir su dominio. En el Imperio Horasiano, que había sido independiente del Reino Medio desde 752 CB, la reina Amene Firdayon intentó sacar provecho de la situación al pactar con el rey de las Islas de los Cíclopes para asumir de nuevo el título de sus ancestros. Desde ese día, la emperatriz Amene-Horas gobernó sobre el revivido Imperio Horasiano. 

Borbarad

La Tormenta de Orcos, según resultó, no fue la mayor amenaza de la época. Las siniestras profecías del oráculo Thamos Nostriacus sobre una oscuridad inminente empezaron a hacerse realidad en 1015 CB. Un mago muerto viviente llamado Liscom de Fasar consiguió invocar al espíritu de Borbarad de vuelta a la Tercera Esfera. Su blasfemia causó la devastación de una región completa y creó el desierto weidense.Para convencer a Borbarad de unirse a su alianza, la alta elfa caída Pardona le fabricó un nuevo cuerpo, que trajo a la vida con sangre reunida por vampiros. Borbarad rechazó la alianza, pues no estaba dispuesto a compartir su próximamente ilimitado poder.

El horror comenzó en 1019 CB, cuando fuerzas mercenarias comenzaron a desembarcar cerca de la pequeña aldea de Sardosk, en la costa este de Aventuria. La invasión borbaradiana de Tobrien había comenzado. Muchas ciudades imperiales cayeronen las batallas siguientes. El ejército de Borbarad luchaba con magia y el poder de los demonios, y los aventurianos que caían en combate se alzaban de nuevo como cadáveres vivientes que se unían al aparentemente imparable ejército demoniaco. Mendena fue la primera ciudad en caer ante el enemigo. Ysilia y Warunk siguieron poco después.
Los ejércitos imperiales sufrieron terribles derrotas, una y otra vez.
Muchos nobles, magos, Benditos e incluso gobernadores provinciales perdieron la vida. El duque de Weiden cayó en combate, como también lo hizo la campeona del Ejército de la Iglesia de Rondra.

El 4 de Efferd de 1020 CB, Borbarad se reveló finalmente al mundo hablando a través del pico de un cachorro de grifo muerto viviente, diciendo: «Oíd las palabras del nuevo amo del mundo, el alveranio del Conocimiento Prohibido, señor de los siete elementos y de todos los seres en las Siete Esferas. Oíd la voz del que os aplastó en Mendena, Ilsur y Puente de Eslam. Oíd la voz de Borbarad el Eterno. ¡Rendíos ante mí, en cuerpo y alma, o pereced!».

Borbarad, el terror de las leyendas largo tiempo olvidadas, se vinculó a la Corona del Demonio de siete puntas y comenzó a usar su poder sobre las hordas del caos para subyugar bajo su mando a todo el mundo conocido.

La batalla contra este oponente insuperable duró hasta bien entrado el invierno, y las desanimadas tropas imperiales rara vez vieron una victoria. Hubo grandes lamentos en Tsa de 1020 CB cuando, de todas las personas, el anterior mariscal del Reino, Helme Haffax, se pasó al bando enemigo.

El brillante estratega conquistó rápidamente la isla de Maraskán para el Maestro de los Demonios, a pesar del hecho de que el Reino Medio no había erradicado a todas las tropas rebeldes durante su ocupación de la isla. Haffax encabezó la carga que supuso la condenación de Ysilia, la ciudad ducal tobriense, que es ahora el lugar donde se alza la oscura Yol-Ghurmak. Borbarad también liberó al Omegaterio, la bestia de muchas patas que había sido despedazada durante la Edad del Innombrable.

Convirtió el agua en sangre y causó que lloviera ácido del cielo, y a su paso el ganado daba a luz a bestias deformadas por todo el Imperio. Hacia finales de 1020 CB, casi una cuarta parte del Reino Medio había caído en manos de los borbaradianos.

Ejércitos enteros de muertos vivientes se alzaron y lucharon bajo el estandarte de la Corona del Demonio contra sus antiguos camaradas. Hasta esta fecha, pocos pueden hablar abiertamente de los horrores de la guerra contra el Profanador de Esferas, incluyendo muchos veteranos curtidos. Los conflictos como la Batalla del Buey y el Roble y la Batalla de los Campos Vallusianos fueron victorias conseguidas con esfuerzo cuyas noticias extendieron el miedo y el terror entre los seguidores de Borbarad incluso lejos del Reino Medio.

Finalmente, el Reino Medio y el Imperio Horasiano formaron una alianza contra su enemigo común en 1021 CB. Bornlanda también se unió al esfuerzo, aunque no se había recuperado de las graves pérdidas sufridas a manos de las tropas borbaradianas.

Los Portadores de los Siete Signos convencieron a las viejas razas de los elfos y los enanos de que lucharan junto a los humanos, e incluso las valientes amazonas se unieron. Se dice que un ejército de troles bajó de los picos de las montañas para combatir al antiguo mal.

Así, en la Muralla de la Muerte, el Muro de Ogros entre los Dientes de Trol y la Hoz Negra, los ejércitos aliados se reunieron para decidir el futuro de Aventuria en una batalla monumental.
Galotta, el aliado de Borbarad, asesinó a Brin de Gareth, Protector del Reino, el Día de los Armeros (21 de Ingerimm) de 1021 CB. El antiguo mago de la corte del padre de Brin, Hal, aún albergaba mucho odio y la guerra de Borbarad le dio la oportunidad perfecta para obtener su venganza.

Carentes de liderazgo, las fuerzas aliadas flaquearon contra las hordas del Maestro de los Demonios, pero los Portadores de los Siete Signos dieron la vuelta a la batalla.

La Tercera Batalla de los Demonios se libró durante dos días y los aliados conquistaron la Muralla de la Muerte a pesar de las graves pérdidas, dando a los Portadores tiempo para alcanzar la tienda de mando de Borbarad y detener su herejía definitiva: la ruptura de los límites entre las Esferas. Sietegolpes, la espada reforjada de los dioses, rompió la Corona del Demonio y lanzó sus fragmentos en todas direcciones. Borbarad fue enviado al fin de los tiempos, un suceso llamado el Éxtasis de la Eternidad. Su aniquilación envió graves conmociones por todas las Esferas.

Tan grande fue el estremecimiento que sacudió el mundo que incluso las líneas ley mágicas cambiaron y el cielo nocturno se deformó. En los días que siguieron, se hizo evidente que la Muralla de la Muerte marcaba la nueva frontera de las Tierras Sombrías, como se llamó el territorio ocupado por los herederos de Borbarad.
Aunque las pérdidas sufridas por los aliados fueron considerables, el Maestro de los Demonios finalmente había sido derrotado. Esta batalla marca normalmente el principio de la Duodécima Edad en los libros de historia de Aventuria.

Los Heptarcas


El Reino Medio y sus aliados estaban tan debilitados por los largos años de batallas y privaciones que no pudieron hacer mucho contra los recientemente creados heptarcados, los reinos establecidos por aquellos que obtuvieron fragmentos de la corona rota de Borbarad.

La guerra contra Borbarad se había llevado muchas vidas y muchas ciudades de los territorios ocupados se consideraban perdidas. Brin de Gareth había caído en combate y su heredera, Rohaja, aún era muy joven para gobernar, lo que dejaba el Reino de Raul sin un emperador. La esposa de Brin, Emer ni Bennain, finalmente tomó el control de los destinos del Reino Medio como regente del Reino.

La contienda contra las Tierras Sombrías comenzó despacio, pero ganó impulso y se extendió desde Vado de Peraine, Pérricum y Beilunk. Sin embargo, el éxito era normalmente de corta duración y el influjo de refugiados del este crecía constantemente.

En 1026 CB, los orcos invadieron otra vez el reino y solo fueron derrotados por un esfuerzo conjunto.

Sin previo aviso, en 1027 CB, las tropas del antiguo Dragón Negro, Rhazzazor, atravesaron la Muralla de la Muerte y las Incontables Filas de los Muertos se derramaron sobre el Reino Medio. Encontraron poca resistencia hasta la Batalla del Campo de Mythrael, que tuvo lugar el 24 de Peraine de 1027 CB, cerca de Custodia, la ciudad con las defensas más fuertes del Reino Medio.

Los ejércitos unidos del reino finalmente derrotaron a las Incontables Filas de los Muertos solo para ser testigos de la aparición de la Fortaleza Volante del heptarca Galotta en el cielo sobre sus cabezas. Esta temible máquina de guerra empleó el fuego del mundo, una poderosa invocación del archidemonio Agrimoth, para arrasar Custodia y matar a la mayoría del ejército antes de seguir volando sin oposición para amenazar Gareth, que albergaba un cuarto de millón de personas en ese momento.

En el último minuto, varios héroes abordaron la Fortaleza Volante y asesinaron a Galotta. Su fortaleza cayó del cielo, destruyendo desafortunadamente Nueva Gareth y enterrando el Palacio Imperial y la Ciudad de la Luz bajo sus escombros, pero los habitantes de la ciudad se salvaron. Al día siguiente, el Dragón Negro ató a la regente del Reino, Emer ni Bennain, a la Pirámide de Oro de Warunk con poderosas cadenas y prometió regresar en un año.

El año de Fuego y el tercer asalto de Brin


El Año de Fuego barrió el Reino Medio. El poderoso duque de las Marcas del Norte, Jast Gorsam del Río Grande, empezó a ocuparse de los asuntos de Estado cuando la heredera al trono, Rohaja, desapareció tras la Batalla por Custodia. En vez de unirse para derrotar a su enemigo común, las viejas rencillas comenzaron de nuevo en muchas provincias.

Por esas fechas, Answin de Boca de Cuervo (al que se había creído muerto durante años) regresó y liberó la ciudad de Vado del Grifo, que estaba bajo asedio de los orcos. Una vez más, surgió la pregunta de si podría imponer su derecho al Trono del Grifo.

El último gran enfrentamiento del Año de Fuego tuvo lugar a las puertas de Gareth. Rohaja de Gareth regresó de Custodia y combatió a Answin de Boca de Cuervo por la corona y la soberanía del Reino Medio. En lo que se llegó a conocer como la Batalla de los Tres Emperadores, que ocurrió el 15 de Phex de 1028 CB, el desaparecido Emperador Hal reapareció de repente y cabalgó a la batalla bajo el estandarte de su nieta.

Las tropas de Rohaja triunfaron ante Answin de Boca de Cuervo, quien por segunda vez en la historia había quedado a un palmo de conseguir el Trono del Grifo. Los viejos enemigos, Hal y Answin, murieron ambos en la Batalla de los Tres Emperadores cuando el ahora dragón muerto viviente, Rhazzazor, regresó y cumplió su amenaza. Muchos valientes héroes pusieron sus vidas y su cordura en juego para destruir a la bestia.

Así, poco después de la caída de Galotta, Rhazzazor, el segundo heptarca, también fue derrotado, pero el poder demoniaco de los fragmentos de la Corona de Borbarad estaba lejos de romperse. Aquellos que no dudaron en usar los poderes de los fragmentos pronto aparecieron en las Tierras Sombrías.

Siguiendo la confusión del Año de Fuego, se convocó una gran asamblea de la corte en el Castillo del Escudo de Ruda en Rahja (1028 CB) para reorganizar el Reino Medio. La coronación de Rohaja estaba prevista para el mes entrante de Praios, pero su hermano menor Selindian Hal (precisamente él) dudaba de su derecho al trono. Luchó contra los cambios a la sucesión que había implementado su padre para favorecer a Rohaja y recordó al pueblo que desde la era de Hela-Horas, a ninguna mujer se le había permitido ascender al Trono del Grifo.

Quizá poco sabiamente, Rohaja hizo drásticas concesiones a los nobles del Reino Medio en la Carta de Sangrebuey para obtener el apoyo de las provincias.

Fue coronada el 1 de Praios de 1029 CB e inmediatamente fundó la corte imperial itinerante para estar cerca de sus súbditos. Sin embargo, ese mismo mes, su hermano fue coronado Emperador Hal II en Punin y desde ese día en adelante reinó como Emperador Lunar en Almada.

La lucha de los dos hermanos por el Trono del Grifo duró hasta la muerte de Selindian en el año 1034 CB.

Las luchas por el dominio no estaban limitadas al Imperio Horasiano o el Reino medio, pues también hubo conflictos entre los herederos de Borbarad. A principios de 1028 CB, las valientes tropas aranianas ya habían derrotado al Mogulato de Oron y puesto fin al gobierno de Dimiona, e incluso con la amenaza de reinos externos, los heptarcas nunca tuvieron buenas relaciones entre ellos. Tras las muertes de Galotta y Rhazzazor en Gareth, era solo cuestión de tiempo que alguien se moviera para tomar el control de todo.

En 1029 CB, el príncipe-comandante Helme Haffax invadió la Costa de los Piratas para establecer una base segura desde la cual lanzar su planeada campaña militar contra el Reino Medio.

Cuando el heptarca Xeraan pereció intentando explotar los manantiales sagrados de la ciudad de Ilsur, gran parte de Xeraania cayó bajo el control del príncipe-comandante quien estableció su capital en Mendena.

La gente no permaneció ociosa al otro lado del Muro de Ogros.

Las tropas del Reino Medio fueron capaces de reconquistar el Condado de Misamouth. Los thorwalios lucharon bravamente contra la heptarca Glorana bajo el liderazgo de la hetmana suprema Jurga, quien había perdido a su padre Tronde en la lucha contra la Bruja del Hielo, pero desapareció sin rastro en el reino de Nagrach.

No fue hasta mucho después que se le propinó un golpe devastador a Glorana, quien encontró su fin a manos de los orcos, de entre todos los pueblos. Los eruditos suponen que el fragmento del archidemonio Nagrach descansa ahora en manos de los orcos.

Mientras tanto, una violenta guerra por el Mar de Sangre (como se acabaron llamando las aguas infestadas de demonios entre Maraskán y Tobrien) se libró en el sur del continente. El heptarca Darion Paligan encontró su fin junto con su arca demoniaca, Portador de Plaga, debilitando gravemente el dominio de la archidemonio Charyptoroth.

Tras un inexplicable periodo de aparente inactividad, la Emperatriz Rohaja finalmente contraatacó en 1039 CB enviando un poderoso ejército desde Gallys para reconquistar Mendena. Las fuerzas imperiales capturaron la capital de Haffax al final del año tras semanas de feroces combates, pero el príncipe-comandante tenía un as bajo la manga. Durante los Días Sin Nombre de ese mismo año, el brillante estratega conquistó Pérricum y desde allí sus tropas avanzaron sobre el Reino Medio. Puso bajo asedio Rommilis y Gareth, pero él y sus tropas fueron derrotados por poco en la capital en el último instante.

Una gran parte de las Tierras Sombrías ha sido finalmente liberada ahora que el heptarca Helme Haffax está muerto.

El Crepúsculo de los Fragmentos (como se denomina a la guerra contra los herederos de Borbarad) llegó a su fin, como también lo hizo una edad de Aventuria. No se sabe a ciencia cierta si la herida de las Tierras Sombrías, pervertidas por el poder demoniaco, se podrá curar nunca.

Transisilia sigue en manos de Arngrimm, el duque lupino. La ciudad de Yol-Ghurmak puede que nunca vuelva a ser Ysilia de nuevo, pues se ha fusionado con el Fragmento de Agrimoth. Fantasmas y otros muertos vivientes aún plagan las Marcas del Cuervo, Marca del Sol y gran parte de Warunkia.

Pero el Reino Medio y sus aliados aún pueden prevalecer, gracias en gran medida a los esfuerzos de valientes héroes, y hay muchas oportunidades de lanzar un golpe decisivo contra la corrupción extendida por los heptarcas.

Mientras tanto, Khadan-Horas, el hijo del dragón, no se quedó ocioso. Pasó muchos años investigando las formas de destruir los Fragmentos de la Corona del Demonio y romper su poder. Tras muchos largos y secretos preparativos, viajó al Desierto de Khom con el Fragmento de Charyptoroth a principios de 1039 CB para realizar un ritual especial lejos de cualquier fuente de agua.

Sorprendentemente, consiguió lo impensable y el fragmento fue destruido, aunque la tarea debilitó significativamente al Horas y casi le costó la vida (o eso murmura ahora la gente en los salones del Imperio Horasiano).

La Caida de la Estrella


Casi inmediatamente, empezó la Caída de la Estrella, que desgarró los cielos sobre Aventuria. Es un suceso de tal significación cosmológica que algunos eruditos especulan que puede haber una correlación entre los dos sucesos.

El cielo estrellado sobre Aventuria ha cambiado significativamente desde entonces, lentamente al principio, pero después con mayor velocidad. No se puede olvidar la noche de la Caída de la Estrella en Travia de 1039 CB, durante la cual se observaron incontables fenómenos celestes, pero esta vez han cambiado constelaciones enteras.

Las estrellas parpadean y brillan más fuerte, o, al contrario, quedan casi extintas. Una constelación,
el Héroe, brilla más fuerte que nunca en los cielos de Aventuria, y por primera vez desde que se tiene memoria, humanos y enanos están de acuerdo en esto al menos: el continente está experimentando una nueva Edad de los Héroes. Las acciones de los héroes determinarán el curso de la historia futura.