domingo, 11 de agosto de 2024

El Ojo Oscuro

Convertir en un juego la libertad ilimitada de la propia imaginación —con reglas, pero al mismo tiempo mantenerla en sus infinitas posibilidades— era el objetivo de los primeros juegos de rol que surgieron a finales de los años setenta y principios de los ochenta. 
 
Algunos de los niños y niñas que habían crecido con los libros de Tolkien y compañía inventaron sus propios mundos fantásticos a principios de los años ochenta. Sin embargo, no escribieron historias inalterables, sino que tuvieron una idea nueva y revolucionaria: cada uno debería tener la oportunidad de crear sus propios héroes y vivir aventuras con ellos, y esto sólo con lápiz, papel, dados y su propia imaginación. Nacieron los juegos de rol (lápiz y papel). Situados a medio camino entre el libro, el juego de mesa y la obra de teatro, cautivaron a más y más jugadores a lo largo de las décadas. 
 
En Alemania, un grupo de entusiastas de los juegos de rol desarrolló su propio juego basado en el modelo americano. 
 
En 1984 apareció Das Schwarze Auge (El ojo oscuro). El continente de Aventuria se convirtió en escaparate y terreno de juego de innumerables aventuras, que, sin embargo, no sólo surgieron de la pluma de los autores sino también de la mente de los propios jugadores. 
 

El Ojo Oscuro no sólo es hijo de sus padres espirituales Hans Joachim Alpers, Werner Fuchs y Ulrich Kiesow, sino también de muchos grandes escritores de fantasía de habla alemana, así como de innumerables autores y fanáticos talentosos y entusiastas
 
Todos trabajaron durante años y décadas en el desarrollo del trasfondo y el sistema de juego, inmortalizando sus nombres en cientos de libros y folletos. 
 
Para que esta multitud de ideas e influencias no se pierdan ni se interpongan entre sí, ahora son estimuladas, agrupadas y coordinadas por un equipo editorial de cuatro personas. 
 
Desde entonces, el mundo de El Ojo Oscuro no ha dejado de crecer. Se recorren océanos desconocidos, se descubren países extranjeros y se cuentan nuevas historias... y todo ello con un poco de imaginación.