"Mi
hermano y yo peleabamos por conseguir el PC de casa y poder pasar
horas haciendo frente a este enemigo desconocido al que, con el
tiempo, aprendimos a conocer como otro miembro de la familia."
Jose
Manuel Palacios, First Contact: X-Corps.
"Cuando
conozco a mi enemigo lo suficientemente bien como para derrotarle, le
quiero.
Y
entonces, cuando le quiero, le destruyo."
Andrew
Wiggin, El juego de Ender.
Situado
en 7th
Avenue (apenas a 100 metros del lado sur de Central Park, en
Manhattan), el edificio Ellis es un rascacielos de 50 pisos que
terminó de construirse en 1997 por varios consorcios tras derribar
una manzana invirtiendo en indemnizaciones millonarias sumas.
Ellis
es un titán, pero un titán menor en el skyline de New York, que
tiene torres como el One World Trade Center (104 pisos), el Empire
State (103 pisos), o el Chrysler Building (77 pisos).
En
realidad, Ellis se construyó como uno de los proyectos mas secretos
de la inteligencia Norteaméricana. Un proyecto tan secreto que la
propia comunidad de inteligencia desconocía su existencia (y eso no
ha cambiado con la llegada Chandra). Muy poca gente sabe quien estaba
detrás de esta construcción oculta a plena vista, pero parece
tratarse de altisimos estamentos de la DIA (Agencia de Inteligencia
de la Defensa), la CIA, la ONI (Oficina de Inteligencia Naval) y la
NRO (Oficina de Reconocimiento Nacional, los chicos de los satélites
espía). Con la puesta en marcha de la OSS de STRATCOM, estas
agencias fueron desplazadas y perdieron el control de Ellis. La OSS
tiene ahora el control, aunque se finge (malamente) informar y
consultar al resto de agencias para evitar improductivos
enfrentamientos en la comunidad de inteligencia norteamericana.
Los
"guardias de seguridad" (reclutas de la OSS) del edificio
se encargan de que posibles intrusos no accedan al edificio “sin
cita previa”, y el hall está habilitado para realmente simular un
complejo de oficinas, con buzones para recepción de publicidad,
números de teléfono visibles, etc. Inclusive hay varias empresas
tapadera preparadas por si llegase a ser necesario. Los neoyorkinos
no sospechan que este rascacielos de 50 pisos tenga ningún contacto
con Global Defense ni nada que no sean empresas elitistas de banca
privada, grandes navieras o poderosos holdings multimillonarios que
naturalmente no existen para despacharse con cualquier empresario al
que le apetezca acceder a Ellis.
Para
mantener la fachada, existen incluso reclutas de la OSS (como los
falsos guardias de seguridad, propiamente no son agentes todavía, y
se encuentran en formación) que tras los "guardias de
seguridad" simulan trabajar en empresas haciendo bulto y
deplazándose a la vista de posibles externos (o vecinos con
prismáticos) mientras mueven y procesan papeleo menor como la parte
menor y mas aburrida de su formación, mientras juegan una especie de
LARP en la que fingen ser monótonos oficinistas.
Se
supone que fingir estos roles en Ellis les sirve como introducción a
las farsas que podrían tener que desarrollar realmente si alguna vez
se le pretendiese ocultar tras identidades monótonas, para
infiltrarse en agencias de inteligencia no aliadas a Global Defense,
o por las razones que fuesen.
Según
opinan muchos, es una excusa barata para ayudar a protegr Ellis sin
desperdiciar el talento de agentes con mejores cosas que hacer
(naturalmente estas opiniones nunca salen a relucir fuera de la mas
personal confianza)
En
los 50 pisos de Ellis tienen cabida gimnasios, galerías de tiro,
armerías, cámaras acorazadas, parkings subterraneos (3 plantas),
talleres para los vehiculos, comedores, salas de reuniones y
briefings, hospital, laboratorios balísticos y para inteligencia,
salas de operaciones con contacto con todo el mundo,
telecomunicaciones, enlaces a drones y satélites, dos helipuertos,
estudios para los soldados acuertelados...
Al
margen, Ellis es una fortaleza en sí misma, con cámaras de
seguridad, controles biométricos, accesos a prueba de atentados, y
medidas de seguridad que garantizan que nadie entre... ni salga.
Solo
un fuerte ataque directo Chandra podría comprometer el edificio, con
la cantidad de soldados que lo protegen desde dentro como si fuese
una base (lo que de hecho, es). Incluso se ha blindado su acceso
contra infiltraciones provenientes del subsuelo, y dispone de su
propio espacio aéreo
Naturalmente,
a los soldados de STRATCOM asignados a Ellis, se les imparten férreas
órdenes de mantener la invisibilidad del complejo, y hay un
auténtico esfuerzo tecnológico para asegurar y controlar las
comunicaciones que salen y entran de aquí (empezando por incautor
los dispositivos electrónicos en la entrada, al pasar por el control
de acceso y su scanner).