Desde hace más de tres años, las instituciones de la Unión Europea vienen discutiendo una de sus propuestas más polémicas en materia digital: el 'Reglamento sobre el abuso sexual infantil' (CSAR, por sus siglas en inglés), conocido popularmente por su objetivo último: 'Chat Control'.
Y es que, oculto bajo el noble objetivo de combatir la difusión de material de abuso sexual infantil en Internet, nos encontramos, a modo de caballo de Troya, el intento de abrir la puerta a la vigilancia masiva de las comunicaciones privadas.