domingo, 29 de marzo de 2020

De los 2 alzamientos del Innombrable, y la piedad de Hesinde y Phex


Otro texto que nos trae Josema Romeo, en el que se habla desde el folclore de los dos alzamientos del Innombrable, y como Hesinde y Phex guardaron las especies a buen recaudo para que sobrevivieran al conflicto.

"De las gotas de sangre del Todopoderoso Dios Los, que se dice cayeron sobre el cuerpo moribundo de la gigante Sumu, la primera gota, que estaba llena de odio y dolor, creó al más poderoso de los dioses, el Innombrable.

Todas las criaturas coinciden en que el mundo podría ser mejor, que las cosas nunca son del todo perfectas para todos. La imperfecta naturaleza de la creación es atribuida al Innombrable, un dios que una vez quiso elevarse por encima de todos los demás. El Innombrable, que una vez tuvo un nombre en el pasado, aunque ya nadie lo recuerda, quería gobernar el mundo como un dios único. Confundió a los mortales y los engañó para que le rezaran a él solo (algunas fuentes dicen que un trol ayudó en esta tarea).

Al principio, los otros dioses sólo observaban sus actos sin interferir. Tras un eón de observación, finalmente accedieron a ponerlo en su lugar. Para prevenir más problemas, los dioses también querían abolir toda la vida en Aventuria, pero Hesinde y Phex amaban a los mortales y secretamente escondieron a doce veces doce de cada raza. Los dioses, liderados por Praios, Efferd, Rondra e Ingerimm, se movieron contra el Innombrable. Ellos y sus tropas Alveranas, sus huestes celestiales, arrasaron la tierra y toda la vida en ella, dejando el mundo vacío por un tiempo.

Después de ganar la guerra, los dioses castigaron al Innombrable tomando su nombre y prohibiéndole la entrada al mundo. Eso satisfizo a los Doce, pero lamentaron la destrucción total de la vida. Sólo entonces Hesinde y Phex revelaron su subterfugio, para alivio de los otros dioses. Los mortales fueron puestos en Dere una vez más para multiplicarse y ser fructíferos, y los dioses se alegraron de no haber llevado a cabo una venganza que ni siquiera ellos podían deshacer.

El Innombrable juró venganza contra los dioses. Incluso regresó una vez, seguido de un espantoso ejército de demonios. Fue derrotado de nuevo por los dioses, quienes encadenaron al Innombrable a un hueco sin estrellas en el cielo (una constelación entre el Yegua y el Grifo). Sin embargo, ni siquiera los dioses pueden acabar completamente con otra deidad, por lo que el Innombrable sigue tentando a los humanos hasta el día de hoy.”