Los fantasmas son las almas sin descanso de los muertos y como tales no tienen cuerpo propio. A veces controlan las acciones de criaturas vivas por medio de la posesión, pero matar o destruir una criatura poseída no daña al fantasma.
Las siguientes reglas generales se aplican a los fantasmas:
Los fantasmas no reciben niveles de Dolor (ver Libro de Reglas, página 33) por perder PV.
Los fantasmas son incorpóreos y pueden caminar a través de materia sólida, flotar en el aire o hundirse en la tierra, aunque algunos evitan habitualmente esos comportamientos.
Cuando un fantasma es destruido, no queda nada físico.
Las armas mundanas no pueden dañar a los fantasmas.
Las armas santificadas dedicadas a dioses de la muerte (como Boron o Tairach) afectan normalmente a los fantasmas.
Los conjuros, letanías, armas mágicas y armas santificadas dedicadas a dioses que no sean de la muerte infligen la mitad del daño a los fantasmas (tira por daño, divide el resultado entre dos y entonces resta la PRO si la hay).
Los fantasmas son inmunes a los conjuros con las propiedades curación, ilusión, telequinesis y transformación.
Los fantasmas son inmunes a los venenos y a las enfermedades.
Los fantasmas no se benefician normalmente de las letanías, aunque existen algunas excepciones.
Los fantasmas perciben el mundo con sentidos mágicos y no requieren luz u órganos sensoriales como ojos u oídos; sus sentidos tienen un alcance de unos 200 pasos.
Los fantasmas se curan durante las fases de regeneración como es normal, pero no necesitan dormir en el sentido convencional.