jueves, 3 de mayo de 2018

El hipercanal


Ya hablabamos de las comunicaciones subespaciales y de la imprescindible labor que juegan los repetidores. Ahora vamos a mirar la propia red de repetidores subespaciales para acabar de entender las comunicaciones interestelares.

¿Como funciona el hipercanal?

Los mensajes se emiten en dos capas, cada una con su propio cifrado; la mas interna la constituye el mensaje en sí, y la más superficial contiene los metadatos del mensaje, que veremos que también tienen su importancia para que funcione el hipercanal.

Los repetidores son en sí mismos una computadora, y reciben, procesan y reenvian señales sin problemas, sin acceder a su contenido, guiándose por su programación y la capa exterior de metadatos (marcas de tiempo, y otros datos).
Un repetidor se limita a reenviar los mensajes según esté programado para hacerlo (de forma mas o menos compleja) en base a los metadatos de la señal que recibe. Un repetidor no sabe realmente para quien está enviando mensajes, no envía señales a un destinatario, si no a una posición realmente. (Si el destinatario se encuentra en la posición de destino, recibirá la señal y la identificará como suya al ver que está cifrada con su clave).

P.ej, un mensaje puede rebotarse de repetidor en repetidor hacia una posición donde se espera esté una nave, y si la nave no se encuentra allí, el mensaje se ha perdido, o los repetidores podrían estar configurados según algún algoritmo predictivo para, en caso de no devolverse a la red una respuesta (simplemente un "recibido" automático de la nave, aunque no se responda como tal), expandir el mensaje hacia otras coordenadas intentando localizar a la nave destinataria. Esto podría hacer que la nave reciba el mensaje a pesar de no encontrarse donde se había enviado el mensaje, pero tiene el retraso extra para recibir el mensaje no solo después de haber llegado el original a su destino, si no todo lo que tarde (¿como de acertados han estado los algoritmos predictivos?)

Todo esto es posible por la primera capa del mensaje, los metadatos que dicen a cada repetidor cuando le llega por donde ha pasado el mensaje, adonde debe llegar, etc, para poder hacer la computadora lo que matemáticamente sea óptimo.
Incluso sería posible que los repetidores hablasen entre sí consultándose mutuamente (y diseminando la información como la red que son) las posiciones de las naves con las que han entrado en contacto.
Esto haría posible enviar un mensaje a una nave concreta, obteniendo del hipercanal su posición (si está actualizada) o delegando en el hipercanal su búsqueda para entregar el mensaje. 
Es decir, sería posible enviar por el hipercanal mensajes que sí que vayan dirigidos a una nave y no a unas coordenadas, o que yendo dirigidos a unas coordenadas, acaben llegando a otras por que es donde el hipercanal tiene localizada a la nave destinataria.

A esta última forma de enviar mensajes la llamaremos envio autoenrutado, y como hemos visto, requiere repetidores proactivos que hagan seguimiento de las naves. Un capitán juicioso se encarga de contactar con los repetidores, tanto para sincronizar los relojes de la nave como para dejar constancia de su posición y enviar ficheros como el cuaderno de bitácora. Lamentablemente, en ocasiones las naves se extravían o son destruidas, siendo todo lo que se sabe de ellas su último contacto, y siendo explorar el hipercanal para intentar detectar la nave, el paso obligatorio previo a emitir un pasquín de desaparición.

Las operativas posibles para el hipercanal son todas las que pueda gestionar una red de computadoras tan sofisticadas como las del siglo 24; acuses de recibo, alertas para naves desaparecidas que no se comunican desde hace tiempo, ordenes especiales configuradas para comunicaciones diplomáticas o secretas, o todo aquello que sea programable. 
El ancho de banda no es un problema tampoco, por lo que las tres o cuatro únicas variables a considerar son la lógica del algoritmo, el tiempo que tarde la señal (para avisar de algo, o para recibir un cuaderno de bitacora el Cuartel de San Francisco) la distancia, que es la base para el tiempo de retardo, y relacionado con los dos anteriores, la difusión que algo ha tenido en el hipercanal (p.ej, las posiciones de la Flota, que ha podido dar tiempo a que lleguen a la Tierra, pero no a que todo el hipercanal esté sincronizado, por lo que  un repetidor concreto podría tener unos datos incorrectos que se están sincronizando en otro punto del hipercanal).

El hipercanal es una red distribuida que pone en alcance a los repetidores mas cercanos entre sí, permitiendo que incluso si algún repetidor cayese, el hipercanal mantuviese alternativas (mas lentas, de mayor recorrido) para llegar a la zona del repetidor caído.
Los repetidores están siempre comunicándose entre sí para identificar a tiempo real los repetidores caídos.
Los repetidores fuera de servicio no se transmiten por todo el hipercanal, si no solo a los que rodean, suficiente para que cuando llegue una señal en dirección al repetidor caído, su vecino pueda enrutarlo por otros caminos (o dispararlo él desde mas lejos intentando que la señal llegue).


Cuestión de seguridad

Mantener la red de repetidores es una cuestión de seguridad, como veremos.
Hemos empezado hablando de repetidores que enrutan el mensaje a una dirección sin saber si el destinatario estará allí o nó, pero hemos acabado hablando de que el hipercanal puede también hacer uso de los datos que tiene para enrutar mejor, por lo que esos datos están almacenados, replicados, en cuantos repetidores sea posible del hipercanal.

Todos los repetidores tienen que almacenar las claves de cifrado necesarias para escribir, leer, verificar y firmar la capa externa del mensaje, aunque no tengan acceso a la segunda capa, por lo que necesitan mantener las claves para hacer su trabajo.
Y los repetidores flotan en el espacio sin protección. Una estación espacial hace las veces de repetidor, y ciertamente está protegida, pero la práctica totalidad de los repetidores flotan abandonados al alcance de cualquiera que quiera acceder a los datos que almacenan, y mas importante que esos datos (caducos en el tiempo) a las claves de cifrado que permitirían desencriptar las comunicaciones que pasen por el repetidor.
Por esto, a pesar de que las claves de cifrado están protegidas con toda la seguridad informática posible, son cambiadas y diseminadas por el hipercanal cada varios días para neutralizar una posible infiltración.

Si un repetidor fuese comprometido por un enemigo, incluso si no pudiese acceder a los mensajes que el repetidor mantiene, sería sensato asumir que pueda obtener datos sobre la posición de la Flota.
Los repetidores cuentan con sus sistemas software para proteger sus datos, desde protecciones tras niveles de seguridad, a autoborrado llegado el caso.
Según cada repetidor, podrían tener algún nviel de protección física, sensores para detectar aproximaciones no autorizadas y enviar un mensaje de alerta a la Flota, o como mínimo un autodiagnóstico hardware para detectar que no ha sido manipulado.